Renacer de la utopía arquitectónica

Unas 44 hectáreas del reparto Cubanacán ocupaban los terrenos destinados a la práctica del golf en el exclusivo Country Club de La Habana.

Al decir de la Doctora en Ciencias del Arte, Hortensia Peramo, allí se cumplían los tres principios discriminatorios de la sociedad cubana capitalista: la discriminación por clase, origen y raza. Por eso no todos tenían acceso al Country Club, ni siquiera el dictador Fulgencio Batista.

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